miércoles, 28 de diciembre de 2011

Yoga para niños

El yoga es un excelente ejercicio físico y mental. Te ofrecemos unos sencillos ejercicios para que el niño y la mamá descarguen las tensiones y se relajen.


El yoga es una técnica oriental cuya práctica otorga grandes beneficios para la salud: favorece el control del organismo, ayuda a relajarse y descargar tensiones y permite mantener un cuerpo sano y flexible. Aunque son, generalmente, los adultos quienes practican esta técnica, lo cierto es que existen ejercicios de yoga especialmente indicados para losniños. Practicar el yoga como si fuera un juego puede ayudar a los más pequeños a tranquilizarse cuando se muestran demasiado inquietos y también a aumentar su capacidad de concentración.

El yoga en los niños:
• Favorece la concentración y la atención.
• Estimula la fantasía.
• Da una mayor estabilidad emocional.
• Ayuda a superar las frustraciones y las inseguridades.
• Mejora las relaciones interpersonales con los coetáneos.
• Permite a los niños filtrar los mensajes violentos procedentes de la televisión y de los juegos interactivos (videojuegos).
• Elimina el estrés.
• Mejora las posturas.
Yoga para niños: algunas posturas

Veamos algunas posturas inspiradas en esta disciplina milenaria, que podrás realizar junto con tu hijo en aquellos momentos en los que los dos necesitéis un momento de relax y descanso:

Como un árbol

De pie, con las piernas juntas y los brazos estirados y apoyados en las caderas, concentrad la mirada en un punto que esté frente a vosotros. A continuación, elevad el pie derecho y apoyad la planta sobre la parte interna del muslo izquierdo, en el punto más alto posible. Una vez que hayáis alcanzado el equilibrio, levantad los brazos, uniendo las palmas de las manos sobre la cabeza. Bajad el pie derecho y repetir el ejercicio con el otro pie. Cuando hayáis terminado, relajaos durante unos minutos.

Beneficios

• Tranquiliza a los niños tensos o agitados. Sin embargo, este ejercicio no es aconsejable para los pequeños que son interactivos, ya que tendrían dificultades para permanecer inmóviles.

• Favorece la concentración y la calma mental.

• Contribuye a alcanzar el equilibrio y la estabilidad del cuerpo.

La llama de la vela

• Sentaos en el suelo, con la espalda recta y las piernas cruzadas. Antes de comenzar el ejercicio, enciende una vela y colócala sobre una silla o un taburete, a unos 40 centímetros de la cara, a la altura de los ojos. Dirigid la mirada al centro de la llama.

• Mantened los músculos de la cara relajados y la mirada inmóvil, sin cerrar los párpados (si no conseguís mantener los ojos abiertos durante un tiempo bastante largo, podéis parpadear de vez en cuando). Debéis realizar el ejercicio respirando profundamente durante cinco minutos. Después, cerrad los ojos; seguiréis viendo la llama delante de vosotros.

• Si os cae alguna lágrima, no os preocupéis; es algo absolutamente normal e indica que el ojo se está limpiando.

Beneficios

• Este ejercicio calma las preocupaciones de la mente, así como las tensiones del cuerpo.

• Es muy bueno para los ojos, ya que relaja las pupilas. De hecho, está recomendado para aquellas personas que tienen defectos visuales, pues refuerza los músculos oculares y mejora la calidad de la visión.

El zumbido de las abejas

Sentaos en una posición cómoda, con los pies bien apoyados en el suelo. Inspirad profundamente y, después, espirad con la boca cerrada, manteniendo los dientes ligeramente entreabiertos, de manera que se produzca un sonido similar al zumbido de una abeja ("zzz…"). Debéis repetir el ejercicio varias veces y, después, taparos los oídos con los dedos y continuar produciendo este sonido, respirando en silencio y escuchando con atención el zumbido y la vibración que produce en la nariz, el paladar y la cabeza.

Beneficios

• El sonido y las vibraciones del zumbido tienen el poder de tranquilizar y aplacar la ansiedad y las tensiones. Esto es así porque los sonidos dirigen la atención a la cabeza, permitiendo al cuerpo que se relaje.

Como un leñador

De pie, con las piernas bien separadas y los dedos de las manos entrelazados, inspirad profundamente y elevad los brazos. A continuación, con una espiración rápida, bajad las manos y ponedlas entre las piernas, flexionando también la espalda. Notaréis como, al bajar, la voz libera un sonido espontáneo y natural. Después, recuperad la posición y realizad el ejercicio varias veces.

Beneficios
• Este ejercicio libera las tensiones y el cansancio.

• Además, hace que se contraigan los músculos del cuerpo, para después relajarlos profundamente.

El rugido del león

• Poneos uno enfrente del otro, a cuatro patas, con los dedos de las manos separados y bien apoyados en el suelo. A continuación, abrid la boca todo lo que podáis y, como si quisieseis hacer una mueca, sacad la lengua cuanto os sea posible.

• Al mismo tiempo, hay que liberar la voz, como para rugir o emitir cualquier otro sonido espontáneo. Descansad durante unos segundos y volved a repetir el ejercicio, tantas veces como se quiera.

Beneficios

• Este ejercicio permite liberar todas las tensiones y relajar las pequeñas contracturas de los músculos faciales, debidas al nerviosismo o al estrés.

• Es perfecto para los niños que tienen dificultades para expresar su agresividad, o bien para los más introvertidos o reservados, pues ayuda a vencer la timidez y aporta una sensación de coraje.

• Además, es muy eficaz para superar la tartamudez y reforzar la mandíbula.

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