Inculcar buenos hábitos alimentarios y mantener una dieta equilibrada son claves para evitar la obesidad infantil.
No es fácil cambiar el régimen alimentario de la noche a la mañana. Este es un proceso largo que, sin duda, implica importantes transformaciones en la rutina diaria de grandes y chicos. Pero ¿a qué nos referimos cuando hablamos de alimentación saludable? Básicamente corresponde al consumo balanceado de alimentos que aportan los nutrientes esenciales (minerales, vitaminas y proteínas) para el buen funcionamiento y condición saludable del organismo. Tal es el caso de las hortalizas, frutas, lácteos, carnes magras, cereales integrales y aceites vegetales. Lamentablemente, los patrones alimentarios de la población infantil muestran un creciente consumo de otro tipo de alimentos, aquellos que transportan calorías vacías o que no contribuyen a la salud del organismo y que corresponden en general a golosinas, galletas, dulces, bebidas azucaradas, facturas, y algunas comidas rápidas. Tales alimentos deben ser consumidos sólo de manera ocasional, privilegiando siempre un régimen de alimentos más saludables. |
Guía para una alimentación infantil sana |
Según las Guías para una Vida Saludable del año 2005, elaboradas por el Ministerio de Salud de nuestro país, se recomienda adoptar las siguientes pautas generales para la alimentación de los niños.
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